dos vacas pasaron por casa. una verde, la otra amarilla.
la verde vendía leche, la amarilla verdades.
no gracias les dije, de vacas no tomo leche y mis verdades las creo yo mismo.
la amarilla baja la cabeza, agacha la cola y se va.
la verde me escupio en la cara, botó la leche y se fue.
me subo al auto y manejo fuera de la ciudad.
el paisaje es distinto al de costumbre,
sin embargo lo conozco,
es el país donde vivía de chico
ahí están los grandes campos de trigo,
los viejos castillos medievales.
dos lobos corren, ambos en dirección mía.
Yo sigo sin preocuparme.
pasan corriendo sobre el auto (se sienten las pisadas en el techo)
detrás, se dan vuelta y vuelven corriendo.
otra vez pasan sobre el auto y desaparecen en el horizonte.