sábado, septiembre 11, 2010

Paseo

Como casi ninguna tarde, salí a caminar por la calle principal del pueblo. La tarde estaba nublada, con esas nubes monótonas, parejas, sin forma ni color. Había un aire húmedo que haría predecir que vendría lluvia, si no fuese porque en este sitio nunca llueve. Una tarde de mierda que no invita a nada más sentarse a fumar algún tabaco verde y beber un destilado pasado de grados.

Pero decidí salir a caminar, acción que como ya dije, no hago casi nunca.
ya llevaba los pantalones todo manchados con el barro proveniente de los ríos desbordados de aguas servidas que bordean el camino.
Una vaca con su cara de perra me mira pasar, advirtiendome de tener cuidado. No es tierra para hombres.

Más vacas comienzan a llegar y mirarme con ese odio contenido que no saben disimular. Me acuerdo que se pronostica un amanecer para mañana y que las vacas celebran eso la víspera comiendose entre ellas, y también comiendo hombres.

Las nubes comienzan a moverse, a desplazarse formando remolinos y abriendo un hoyo que permite ver el cielo sobre ellas. las vacas suben ordenadas hasta desaparecer por completo sobre las nubes. Entonces sigo mi camino, ni más contento ni menos triste pero con los pies más cagados que nunca. El camino se ha transformado definitivamente en un río de mierda.