El que sabe un poco de física y de la composición de las cosas y de los seres vivos, sabrá que todo está mayormente hecho de vacío, de nada. El vacío no sólo nos rodea sino que nos compone.
Sin embargo son algunas pocas moléculas, como botes en el océano, las que dan forma y estructura a todo lo que conocemos. ¿Cuántas cosas habrá que no conocemos por no tener estructura molecular?
Esto no es nada revolucionario ni mucho menos algo nuevo. Hace más de cinco mil años atrás, las vacas ya conocían estos conceptos y buscaban siempre nuevas cosas intangibles... cosas hechas de vacío pero sin estructura molecular. Así descubrieron las ideas, la energía, la voz, los sonidos. Los físicos humanos descubrieron luego que la voz y los sonidos eran formas de energía y que esta última, si bien no estaba compuesta de moléculas per se, no existía si éstas no existían. Se definió entonces una nueva clase de cosas: aquéllas compuestas de vacío, pero cuya existencia no era posible sin la existencia de otras cosas con estructura molecular. Las ideas seguían siendo cosas puras, compuestas sólo de vacío. Las ideas era lo único que estaba hecho de nada.
En la época del toro colorado, se descubrió el Lagrimal. Un cuarto concepto. Durante miles de años los más grandes vacalósofos trataron de comprobar la unidad de las ideas en un concepto mayor. Así como la Energía es a las cosas moleculares, debía haber algo que permita la transmisión de ideas entre los vacíos. El Lagrimal surgió como una revelación luego de una lluvia de un mes entero. El Lagrimal es lo que une todas las vacas en una Idea superior. En un gran vacío. Una vez que los seres mueren, muere su materia, las uniones moleculares se retiran dejando el vacío libre.
Contrariamente al primitivo pensamiento exclusivista de los humanos, los que hablan de un Dios para humanos y un Alma para humanos, conceptos sin sentido ni asidero, las vacas pudieron comprobar sin problemas la existencia del Gran Vacío (Lagrimal) y cómo al dejar de existir las ataduras de la materia (la muerte), el vacío de cada ser (animado o no) se une en el Gran Vacío y de éste puede volver a nacer en la forma que sea.