jueves, noviembre 05, 2009

a veces es necesario

bajando por tercera vez, sube dos pasos para luego volver a bajar. avanza hasta la calle siguiente y se detiene frente al número 2411. antes de tocar el timbre, una mano lo mueve suavemente hacia un lado para dejar pasar el cuerpo que estaba a ella pegado. la cara femenina lo mira, le sonríe, se da la vuelta, abre, entra y cierra la puerta. se apaga la luz, todas las luces. desaparecen las estrellas, no hay autos.....todo es negro. no hay ruidos, es como estar bajo el agua. esa misma tranquilidad, esa misma paz.

fue entonces que se le cayó el pié derecho y tras eso, naturalmente el resto del cuerpo se fue al suelo. barriendo el piso con las manos buscando el pié caido, se topó con una mano ajena. era ajena, pero parecía conocida.

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